Campaña de En lucha para impulsar las acampadas y extender las ideas anticapitalistas

miércoles, 1 de junio de 2011

Carta de una indignada revolucionaria desde París

Ayer hicimos una concentración pacífica del movimiento Democratie Réelle en Bastille. La cosa fue bien, contamos con unas 1000 personas. Como no cabíamos en la acera frente a la ópera algunos indignados se metieron en la carretera. En ese momento vino la policía y nos rodeó con una serie de furgones para que no perturbáramos el trafico (se supone). Conforme avanzaba el día fueron estrechando el cerco, erigieron una especie de muro de la verguenza con los furgones y nos dejaron completamente aislados del mundo exterior. La gente que habitualmente pasa por la plaza tenía que rodear el perimetro trazado por los furgones, de manera que no accedía ni siquiera a ver lo que estábamos haciendo. Como si nuestro mensaje no fuera con ellos. La disposición de los furgones implicaba además que la gente allí concentrada llevaba a cabo actividades fuertemente peligrosas para el conjunto de la sociedad. La escena era francamente representativa de nuestra sociedad actual: una democracia vigilada y enjaulada dentro de una cárcel de hierro.

A partir de las 18h de la tarde, y pese a que la prefectura nos había dado permiso para ocupar ese espacio hasta las 20h, los policias apostados en las dos salidas de la plaza ya no nos dejaban pasar. Yo había salido un momento porque me estaba deshidratando y al volver con una amiga me denegaron el acceso a la plaza pública y mi participación en la asamblea democrática que se estaba celebrando. Me indigné (más si cabe todavía), les repliqué que con qué derecho porque hasta ahora habíamos seguido SU ley y SUS reglas de juego. Al final otro de los policías le dijo que me dejara pasar, pero me consta que hubo mucha gente interesada que se quedó fuera, además de todos los viandantes desviados que al pasar por la plaza podrían haberse interesado por lo que estabamos haciendo.

En fín, después de las 20h algunos de los organizadores llamaron a disolver la concentración. La Asamblea decidió sin embargo que quien quisiera podía quedarse a acampar. Yo salí fuera del perimetro de seguridad pero me quedé fuera para ver qué sucedía. Estuvimos así bastante rato. Luego los polis retiraron la frontera y los de dentro y fuera nos juntamos. Al final los polis volvieron a mover ficha, subieron a lo alto de las escaleras y empezaron a "evacuar" (eufemismo técnico que aparece hoy en la prensa) la plaza. Nos resistimos, aunque la concentración fue definitivamente disuelta a golpe de gas lacrimógeno y porrazos.



(lo que gritan es "Policía por todos lados, justicia en nigún sitio")

Perdonad el relato detallado, necesitaba compartirlo, estoy muy indignada.

De todas maneras, la indignación y el movimiento aumenta, seguimos con el trabajo de nuestras comisiones y hoy nos reuniremos de nuevo a las 19h en la Bastille. ¡Suerte con vuestra resistencia!

Ainhoa, una indignada revolucionaria en París.

Fuente: En lucha

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